Tu mente es un campo de batalla, una batalla constante de pensamientos, ideas y creencias.
Si te pones a analizar que tu mente determina tu templanza ante la vida, te darás cuenta la importancia de liberar tu mente de ataduras, por lo que debes luchas y lograr la victoria.
Stephen Covey mencionaba que las victorias públicas preceden a las privadas, y tenía razón.
Una menta atrapada no puede ver más allá, pero una mente libre se abre al mundo de las posibilidades infinitas.
Como cualquier parte de nuestro cuerpo, el cerebro, si no se ejercita, se atrofia, y al contrario de la creencia popular, el cerebro no envejece, nunca es tarde para aprender un nuevo idioma o a prender una nueva habilidad.
Por otra parte, no hay cerebro que sea capaz de recodar absolutamente todo; con un proceso especial desarrollado por nuestro cerebro, este se encarga de mover toda la información innecesaria a un lugar especial llamado subconsciente, salvo algunas experiencias relevantes, momentos y detalles específicos a los que llamamos nuestro pasado.
Nadie recuerda todo de su pasado, sino solo fragmentos fuertemente anclados debido a lo que se sintió o hicieron sentir.
El cerebro, también, se encarga de borrar todos los momentos que fueron demasiado dolorosos o traumáticos como para enfrentarlos y los encierra bajo llave para asegurarse que nunca salgan a flote.
Es así como los recuerdos se transforman en filtros por los cuales nuestras experiencias pasan y así nuestro cerebro acepta las que pasan por dicho filtro y desecha las que no.
Así, lo que tu mente te entrega después de haber aplicado sus filtros es lo que la vida te va a entregar. La mente es un gran filtro, todo pasa a través de él; algunas cosas las acepta, otras las desecha y otras la distorsiona con la finalidad de ajustarlas a sus filtros.
¿Quieres ajustar tu vida a otra realidad? ¡Ajusta tus filtros!